• Asiste a reuniones, a muchísimas reuniones. • Habla con otros sexólicos sobrios y pregúntales cómo alcanzaron la sobriedad. • Utiliza las publicaciones del programa: los folletos, los libros “Sexólicos Anónimos”, “La Recuperación Continúa”, “Alcohólicos Anónimos” y “Los doce pasos y las doce tradiciones”. Lee el boletín de la fraternidad “Essay” (ENSAYO). • Busca un padrino o madrina —alguien cuya recuperación te resulte atractiva—. Llámale con regularidad —a diario si es posible— y pregúntale qué te sugiere que hagas TRABAJA LOS PASOS – Tu padrino o madrina te mostrarán cómo. • Recurre a la oración. Por la mañana pídele a tu Poder Superior que te mantenga sobrio “durante estas veinticuatro horas”. Por la noche da las gracias por el día de sobriedad. Ora cada vez que tengas una tentación. • Recuerda los lemas: o Primero, lo primero. o Tómatelo con calma. o Sólo hoy. o Suelta las riendas y deja actuar a Dios o No lo compliques, que es sencillo. Recuerda que todos fuimos nuevos en algún momento, y que nos sentimos entonces exactamente como te sientes tú hoy. No tengas reparos en pedirnos ayuda. Vente con nosotros, pues “estaremos contigo en la fraternidad del espíritu, y seguramente te encontrarás con algunos de nosotros cuando vayas por el camino que nos conduce a un destino repleto de felicidad. Que Dios te bendiga y sostenga hasta entonces.” (Alcohólicos Anónimos, cap. 11º)